martes, 3 de marzo de 2009

El alcalde de Alcaucín dió el cante

POBRECITOS LADRONES

El caso Malaya estalló salpicando de sospechas a toda la Costa del Sol. Los políticos se apresuraron a tranquilizar a la población diciendo que “Marbella no es España”, a pesar de que muchos sospechábamos que aquello no era más que la punta del iceberg. Lo triste y terrible de la connivencia de los poderes políticos y económicos en sembrar el paisaje de cemento es lo irrecuperable de ese patrimonio que creíamos pertenecía a todos, incluidas las generaciones presentes y futuras. Hemos contemplado con estupefacción y rabia con qué facilidad el poder daba vía libre a demasiadas tropelías urbanísticas enmascaradas en “intereses generales”, “bien común” y otras tantas sandeces para un público o un pueblo poco dado a la reflexión, acomodaticio y que miraba el mundo según los cánones previstos por la sociedad de mercado. La misma que ahora se está hundiendo. No creo que esta desvergüenza sea característica de la idiosincrasia de los andaluces y sus gobernantes, sino que el virus de la codicia se ha extendido por todo el territorio nacional. No hay más que darse un paseo por el Levante, o por los Pirineos aragoneses, o por Galicia, o por la Comunidad de Madrid, o por… ¿Es que nuestros políticos están ciegos? ¿O es que también ellos tenían prebendas?.

Que algunos hayan tenido la desfachatez de decir que se meten en política para forrarse, es un insulto intolerable, un escupitinajo en la cara de todos los españoles, o, al menos, de los que amábamos la tierra que nos han robado estos miserables. No obstante, esa bestia negra que es la ignorancia sigue aplaudiendo a sus ladrones, de ahí que el alcalde de Alcaucín y su cohorte de corruptos que han transformado la Axarquía en su negocio lucrativo, sean aplaudidos por su pueblo e, incluso, se muestren solidarios porque “el alcalde era bueno y estaba dispuesto siempre a hacer favores, normal que después le recompensáramos”. También Julián Muñoz despierta simpatías en el sentir popular. ¡Pobrecito ladrón y encima la novia le deja!.

A veces, me cuesta dar crédito a lo que veo y lo que oigo. Aún queda mucha mierda bajo la alfombra; algunos mafiosos que se codean estrechamente con el poder, pasean su rostro imperturbable ante las cámaras, sabiendo que si él cae, otras torres más altas caerán con él. Cuántos lugares privilegiados de este país han dejado de existir para siempre, vendidos por esta rapiña que duerme encima de su botín. Es el legado de la codicia.


Virginia Téllez Rico
Plataforma Autopista No (Casabermeja)

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