Desastre en los Montes

DESASTRE EN LOS MONTES

La Naturaleza se rebela contra los despropósitos y la codicia del hombre. Las lluvias del pasado domingo han acentuado los problemas en la construcción de esta tan faraónica como innecesaria autopista. Muchos de nosotros nos hemos quedado aislados, sin poder ir a nuestros respectivos trabajos. Los carriles destrozados. El agua abriendo nuevas brechas en el territorio, porque su camino natural le ha sido robado.

Los innumerables carriles abiertos para el paso de camiones, grúas, todoterrenos… se descarnan y la tierra, el barro, el agua fluye descontroladamente haciendo intransitable el camino de los vecinos, el de toda la vida, por donde circula también el autobús escolar. Salir de aquí en estas condiciones es algo más que una imprudencia. Los ejecutores de esta obra están consternados, no saben dónde acudir para paliar tanto desastre. Sin embargo, ellos lo sabían, se lo habíamos advertido que no podía actuar de la forma tan salvaje como lo estaban haciendo, que no podían arrancar la vegetación de ribera, que el río iba a recuperar su cauce invadido, que las vaguadas cegadas traerían problemas…Sí, se lo habíamos advertido, no somos técnicos, pero conocemos bien la idiosincracia del lugar donde vivimos y hemos aprendido a respetar sus cambios de humor. ¿Cuánto tardarán nuestros gestores en darse cuenta de que no se puede dibujar una línea de muerte en un mapa sin prevenir las consecuencias? ¿Y dónde están nuestros responsables políticos para dar esas explicaciones. ¿Qué pasa con la Junta de Andalucía? ¿A qué se dedican todos ellos? ¿Por qué en el transcurso de estas ejecuciones no les hemos visto aparecer por ningún lado? ¿Por qué la Junta desprecia el territorio y, por otro lado, vende su panfleto ecologista que nadie puede cree?

Vean ustedes mismos el precio de sus despropósitos. Y no sean cínicos, la Naturaleza no tiene la culpa.

Virginia Téllez Rico
Arroyo Coche,Casabermeja