martes, 6 de mayo de 2008

Ocupaciones legales e ilegales


OCUPACIONES LEGALES E ILEGALES

Oigo las noticias de la radio. El locutor habla de ocupaciones ilegales y yo supongo que un grupo de personas “sin casa” han optado por ocupar alguna vacía. Me parece un “delito” de lo más inocente si comparamos estas ocupaciones con las legales. Vivimos una constante, reiterada y abusiva ocupación del territorio por parte del poder. Deben de entender que el país es su cortijo particular en el que nosotros somos invitados, muchas veces incómodos. Este patrimonio, que parece ser única y exclusivamente suyo, está siendo destrozado.
Lo que está prohibido para la mayoría de los ciudadanos (los invitados incómodos): arrancar árboles, dinamitar montes, convertir bosques en eriales, secar los cauces de los ríos, robar el agua, contaminarla...; parece ser la prebenda de unos cuantos empresarios y políticos.

Esta es la ocupación legal, el crimen legal de la democracia legal. Lucen su imagen “políticamente correcta”, impecable en sus crímenes y discursos. Ellos pasan cuando quieren pasar, dejando un rastro de muerte, de desiertos, de desesperanzas...; mientras nos piden, nos exigen un respeto a la misma naturaleza a la que ellos agravian y desprecian.
El ciudadano y también la ciudadana se asfixia con tanta contradicción ¿Creen verdaderamente lo que dicen? ¿Lo dicen para que nosotros nos lo creamos? ¿Sufren de síndrome esquizoide? ¿Estamos votando a enfermos mentales y nos quieren volver locos a todos? No es posible aunar las palabras y las barbaridades que hacen y nos quedamos perplejos cuando el delito de unos, no es delito en otros, cuando la justicia actúa con severidad contra los ciudadanos y mira hacia otro lado, siempre el mismo, si se trata del poder.

Es un espejismo creer que hemos cambiado. Este feudalismo es más sofisticado y peligroso que otros ya vividos. Continuamos siendo súbditos de los caprichos y estrategias del poder, de su codicia y falta de escrúpulos. Buscan entontecernos con sus “cantos de sirenas”, vaciarnos.
Mientras nos adulan, nos humillan con sus falsas verdades. ¡Qué idea tan magnífica la de José de Saramago en "Elogio de la lucidez", donde los ciudadanos se abstienen de votar! ¿Seremos capaces alguna vez de darles lo que se merecen?



Virginia Téllez Rico
Miembro de la Plataforma Autopista No (Casabermeja)

No hay comentarios: