domingo, 10 de febrero de 2008

Cómo comprar todo un pueblo en Andalucía: Guía práctica para especuladores en diez cómodos pasos

GUÍA PRACTICA PARA ESPECULADORES

Imagínense a ustedes mismos como un grupo de inversores con el sano deseo de embolsarse unos mil millones de euros en el menor tiempo posible. Tienen ustedes la maravillosa idea de construir campos de golf, cientos de chalets de lujo, hoteles de cinco estrellas, etc.

Ya se han comprado la finca donde piensan desarrollar su proyecto: una propiedad cercana a lo que ustedes consideran un pueblo de catetos en el corazón de Andalucía. Saben perfectamente que si se atienen a la estricta legislación medioambiental, no hay manera de que puedan embolsarse la millonada que sueñan. Saben que no hay suficiente agua para regar los campos de golf y que arriesgan contaminar el acuífero subyacente. Bueno ¿y qué? No vamos a preocuparnos por minucias. Hay que trincar la pasta cuanto antes y largarse.

¿Cómo hay que proceder?. Bueno, pues hay que comprar la ciudad en cuyo municipio se van a realizar nuestros planes. ¿Cómo? He aquí una guía clara y precisa en diez cómodos pasos que les ayudarán a que su maravilloso sueño se haga realidad.

1º Compre a los políticos
Es necesario comprar a los políticos locales. No se olvide de ninguno de los partidos principales, sea de derechas, de izquierdas o de centro. Consiga que se posicionen a su lado. Llévelos de copas e invítelos a comer tan a menudo como se lo permitan sus estómagos. Asegúrese de que ganan las próximas elecciones locales. ¿Cómo? Corran con los gastos de sus campañas electorales. Anuncie repetidamente su fabuloso proyecto en sus periódicos gratuitos (panfletos, más bien). ¿Y si el partido que ostenta el poder municipal no es muy proclive a sus proyectos? Pues organice un golpe de mano democrático en el ayuntamiento y que los partidos afines a sus ideas se hagan con el gobierno municipal.

Consiga que los políticos de ámbito regional y nacional sean comprensivos con sus planes. ¿Qué uno de ellos podría trabajar de arquitecto en su proyecto? ¡Estupendo, dele el puesto! ¿Qué el hermano de un ex ministro está dispuesto a encabezar su promotora? Pues miel sobre hojuelas.

2º Compre los medios de comunicación locales
No querrá usted que algún protestón, con la excusa de proteger el entorno natural, haga declaraciones en contra de su proyecto en la radio, televisión o prensa local. ¿Qué hacer? Simple. Bombardee los medios con publicidad de su maravilloso proyecto. Consiga que algún profe mercenario, auto-nombrado catedrático, jure y perjure en los medios las bondades de su proyecto.

3º Compre la asociación local de empresarios

Por supuesto, los empresarios locales deben apoyar sus planes incodicionalmente. Y, si al presidente, propietario de una importante empresa constructora local, le encantaría pillar algún trabajillo de su proyecto... ¡maravilloso! Ni se preocupará en buscar acuerdo general entre todos los socios de la asociación. En cambio, se encargará de recoger firmas a favor de sus planes y las entregará al mismísimo defensor del pueblo. Y, con suerte, puede que hasta se encargue de organizar una manifestación de apoyo a su proyecto.

4º Compre los clubs y asociaciones deportivas

Regáleles camisetas con su logotipo para los entrenamientos y competiciones. Los directivos de estos clubs se encargarán de obligar a sus socios a llevar puestas sus equipaciones, les gusten o no.

5º Compre la asociacion local de viticultores
¡Vaya, está usted de suerte! Así que ha conocido a un ambicioso arquitecto local dispuesto a aceptar un importante puesto en su proyecto y, además, resulta que es el presidente de la asociación local de viticultores. ¡Fantástico! Ya se encargará él de convencer a los otros socios para que respalden su proyecto.

6º Compre la asociación local de minusválidos
Este paso es bien fácil. Suelte 20.000 euros (que para usted no supone mucho), y compre a los pobres minusválidos un microbús de segunda mano. Seguro que alguno de ellos se lo agradecerá encabezando una manifestación a su favor.

7º Compre al clero local

Quizá se acuerde usted del pasaje evangélico en que Jesús expulsa a los mercaderes del templo, y supone que ni el mismísimo diablo le dejaría colgar sus banderolas publicitarias en la iglesia del pueblo.
La cosa está difícil pero... ¿no tiene el párroco un pariente ambicioso con intereses en su proyecto? ¡Tío, qué suerte! ¡Cuelga los pendones bien alto del santuario! ¡Más cerca está del cielo!

8º Compre a la Guardia Civil
Éste sí que es bueno. Pensará usted que las fuerzas del orden están ahí para proteger a los ciudadanos de manera absolutamente imparcial. Pero, por otro lado, usted sabe que va a necesitar un buen equipo de agentes de seguridad que defiendan su propiedad de los intrusos.
¿Por qué no contrata al pariente de un jefe local de la guardia civil? Seguro que se encarga de denunciar a sus oponentes agitadores y follonistas. Simplemente dele los detalles de aquellos que le están dando la lata más de la cuenta.

9º Ya puestos, intente comprar a todo el pueblo
Como en cualquier parte, los jóvenes del pueblo y sus padres necesitan trabajo y diversión. Y usted va a necesitar todo un regimiento de picapleitos que denuncien a sus oponentes, va a tener que echar mano de agentes inmobiliarios, periodistas, presidentes de asociaicones vecinales, etc. Invítelos a francachelas y cuchipandas. Regale entradas para los toros, organice conciertos populares gratuitos. El pueblo entero terminará creyendo que su proyecto es lo mejor que le podría haber sucedido.

10º Y, por último, ¿por qué no comprar también a los que se oponen?

Ha llegado ya al punto en que sólo le queda anular a esos listillos que han tenido la desfachatez de oponerse a su proyecto considerándolo un gravísimo atentado para el futuro del pueblo y de su medio ambiente.
Bien, primero intente comprarlos. ¿Que se resisten? Eche mano de todos los mercenarios que ya se han dejado comprar para amenazarlos e intimidarlos. Si todavía no funciona, bombardéelos con denuncias y querellas apañadas. Verá como encuentra suficientes sivergüenzas dispuestos a ayudarle.

N.B. Unas palabras de advertencia. Si, a pesar de todo, aquellos ciudadanos insobornables que se oponen a sus proyectos deciden continuar la lucha, terminarán derrotándole. La ley y la justicia están del lado de ellos. Quizás pueda usted comprar algún juez, pero no puede comprar a todos.

The Olive Press - Western Edition - Issue 22/ Nov 2007


Azzam Qasrawi
Miembro de la Asociación Guiris contra los campos de Golf

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